Con los Pies en el Suelo

Muchas veces, en la vida cotidiana como en la profesional pasamos por alto detalles que pueden pasarnos factura, como comprar un detergente barato, olvidarte de tu aniversario, la elección de un buen calzado, y por qué no, la elección de un buen suelo.

El detergente barato puede dañar tus vaqueros favoritos, ¡lo cual es una catástrofe!; olvidarte de una fecha tan señalada puede derivar en serios dolores de espalda: No todos los sofás están hechos para dormir y descansar en ellos; elegir un calzado poco adecuado puede provocarte un accidente y la elección del suelo de tu lugar de trabajo, pues… también.

A veces, dejamos pasar por alto detalles que nos pueden salir muy caros. Cuando un empresario elige el tipo de suelo de trabajo que va a instalar en el lugar de trabajo, tiende a fijarse en las características estéticas y por su puesto en el bolsillo, facilidad de limpieza y mantenimiento, etc…

Seguramente cada uno de nosotros en nuestra casa haríamos igual, pero hay una gran diferencia: La actividad que en cada lugar vamos a llevar a cabo es bien distinta.

Si como empresario te has dado por aludido ¡Atiende! ¡Este artículo es para ti!

El suelo del lugar de trabajo es más que un simple elemento estético, no en vano, las estadísticas anuales de accidentabilidad dicen y comentan por ahí las malas lenguas que sobre un 10% de los accidentes que ocurren durante la jornada de trabajo tienen como causa las caídas al mismo nivel, es decir, que se producen por resbalamientos en la mayoría de los casos, a su coeficiente de fricción, la suciedad acumulada, en especial de líquidos, grasas o polvo entre otros…

Yo como empresario, ¿cómo puedo reducir la accidentabilidad?

Pues teniendo en cuenta varios factores en las características del suelo de cada zona de trabajo, entre los que destacamos los siguientes:

–          Resistencia: Nuestro suelo deberá ser resistente para soportar las cargas estáticas y dinámicas.

CARGA ESTATICA                           CARGA DINAMICA

Maquinaria                                         Tráfico de Vehículos (Camiones)

Mobiliario                                          Carretillas Elevadoras

Material almacenado

Es decir, que tendrá que resistir el desgaste y la abrasión del tráfico intenso tanto rodado como peatonal, aunque este último en menor medida.

–          Resistencia Química: Si existe peligro de fugas y derrames de líquidos como pueden ser disolventes, ácidos, aceites, o productos con alto índice de corrosión, se tendrán que realizar las pruebas pertinentes para asegurarse y certificar que los suelos son resistentes a esas sustancias. Hay gran variedad de productos y tipos de suelo resistentes a productos químicos. Normalmente, si has adquirido una instalación ya construida, y el suelo no es resistente, se suele revestir con alguna combinación de resina y endurecedor. Posiblemente sea la solución más práctica y económica.

–          Resistencia Ambiental: lógicamente el suelo debe responder bien al calor o el frío, humedad, cambios brucos de temperaturas, condensaciones o vibraciones. Pero también a otros factores que se pueden denominar también ambientales, y no lo digo yo, lo dice el RD 486/1997, de 14 de abril de lugares de trabajo, como lo son lugares donde puedan originarse explosiones por culpa de la electricidad estática, ¡como lo oyes! Para evitarlo, aunque parezca mentira, los suelos deben ser ligeramente conductores de la electricidad. Ya puestos, en cuanto a confort, el suelo debe ser un buen absorbente te vibraciones y ruido, y tener una baja conductividad térmica.

–          Deslizamiento: El factor quizá más importante. Para ello, importante será también estudiar la reacción de cada suelo frente al deslizamiento. En general, y no estoy descubriendo nada nuevo, el suelo rugoso es más resistente que uno liso al deslizamiento, luego dependerá de los materiales, pero pocas excepciones encontraremos. Es cierto que un suelo rugoso, no es tan bonito como un suelo liso, brillante y luminoso. Es más, existe una creencia o tendencia a pensar que un suelo liso, es más higiénico que uno rugoso, pues ¡NO! esto no es necesariamente cierto, el suelo será más o menos limpio directamente proporcional a la frecuencia con la que limpies  el suelo y la clase de detergentes que utilices. Pero vamos, eso es como en todas las casas… ¡cochinos!

En próximos capítulos podríamos hablar de tipos de calzado, algunas combinaciones de suelas de zapato y suelos pueden ser muy ¡¡pegadizas!!… ¿Lo pillas? ¡¡Era un chiste!!..

Para arreglar este momento tenso os dejo una tabla que resume un poco todo lo que aquí hemos explicado y que podréis encontrar en el RD de lugares de trabajo. No me digas que no, ¡¡así da gusto estudiar las guías técnicas de PRL!!

Aprovecho para desearos Salud y Seguridad Laboral en el próximo año que esta apuntito de comenzar. ¡Feliz 2013!

Y recuerda es mejor prevenir… que recoger tempestades!!!